miércoles, 9 de abril de 2014

SENSUALIDAD Y BELLEZA , UNA MIRADA AL MADRID........

 

.....AL MADRID CASTIZO, PALABRA QUE SE UTILIZA POR PRIMERA VEZ PARA DESIGNAR LA REIVINDICACIÓN DIECIOCHESCA DEL SIGLO DE ORO.

(Goya)


He realizado estas faldas de Chulapas, un mismo diseño y distintos looks , de aires clásico, romántico, Chanel y art Nouveau, acompañando un poco de la historia de este Madrid Castizo junto a pinturas de artistas españoles donde se ven muy bien la tendencia de la moda de esa época.

 Dedicado para este querido Madrid en el que vivo y sueño y como decía Joaquín Sabina.....

"con su todo es ahora, con su nada es eterno, con su rap y su chotis, con su okupa y skin, aunque muera el verano y tenga prisa el invierno la primavera sabe que la espero en Madrid".



UNAMUNO MENCIONA ESTE TÉRMINO CASTIZO, INDICANDO QUE EN EL S.XVIII ADQUIRIÓ "LA DRAMATURGIA POSTCALDERONIANA CIERTA REPRESENTATIVIDAD NACIONAL, " CASTIZA", POR REACCIÓN CONTRA EL GUSTO EXTRANJERIZANTE"

( Falda  recta con cortes en la parte delantera realizada en tejido de shantung de seda bordado negro y gran caída, con amplio volante al bies y aplicaciones de pasamaneria en negro)                                                                               arriba costado pintura de Julio Romero de Torres)


En el Madrid Castizo había personajes que actualmente forman parte del "casticismo" de Madrid.
Estos, no eran personajes imaginarios de los sainetes o de las zarzuelas, sino personas reales al igual que hoy lo son los individuos de las distintas tribus urbanas


Y al igual que a estos, no se los podía confundir o llamar, con el nombre de alguno de los otros.
Dependían del "barrio" en el que se habían criado y vivían, comúnmente de origen humilde , y que adoptaban una vestimenta particular así como un determinado comportamiento social. 


Ellos son: los Chulapos y Chulapas, los majos y las majas.
La majas aparecen por primera ves en 1760, siendo inmortalizada por Goya al igual que los Majos.
Vecinos fundamentalmente de Malasaña, y Maravillas.
Los Majos eran partidarios de las artes amatorias y de la Milicia, su vestimenta típica era la coleta y redecilla, calzas y chupetín, capote de mangas y sombrero apuntado.


        (detalle volante).


Partiendo de referencia iconográficas de la tradición, pintores españoles como Zuloaga, Anglada-Camarasa o Julio romero de Torres recrearon la belleza del cuerpo femenino con una estética marcada por el gusto popular y castizo.Durante el siglo XIX los visitantes extranjeros contribuyeron a crear una imagen donde la mujer española, identificada con la maja, se vinculó a la sensualidad y al erotismo.

(arriba Pinturas de Julio Romero de Torres).
 Era la pervivencia de uno de los mitos románticos femeninos, en su versión castiza de femme fatale.La inspiración comenzó con el referente de Goya, su maja mira y se enfrenta al espectador.
 
Versión Romántica.
( con blusa en gasa color natural, y mangas de volantes).

Julio Romero de Torres utilizó esta iconografía abiertamente. Varias son las obras en que la mantilla y el encaje acarician el cuerpo femenino desnudo. Tradicionalmente la mantilla era un velo que se utilizaba como símbolo de recato y, según la costumbre, servía  para cubrirse al entrar en la iglesia.                                                           


 
(Pintura de Joaquín Sorolla.)  







                                  










Majas y Celestinas en el Balcón de Leonardo Alenza.              

Pero acabó siendo, por la delicadeza de su encaje, un motivo que adornaba la belleza femenina y, por ello, un símbolo de seducción. Como complemento erótico, cargo de fetichismo, también pintó Julio Romero medias y zapatos, en los que daba cuenta de su capacidad para captar la calidad de los materiales, pero supo dotar a la mantilla de un valor erótico al crear con ella una sensualidad refinada.

                                                                        Versión Chanel.

Conjunto con camisa de seda blanca con rosa negra al cuello). 



 
                                                (Falda con cinturón en raso con moño y rosa blanca en el volante)





"La Venus de la poesía, 1913, es un desnudo inspirado en  Tiziano. Lo protagoniza Raquel Meller, la famosa cupletista, acompañada del que fuera su amante, y posteriormente marido, ella aparece mirando fijamente al espectador. No hay recato ni timidez alguna mientras se exhibe en la plenitud de su belleza.

La infanta María Tereza vestida de Maja Goyesca.


El encaje negro acentúa su desnudez y separa el cuerpo de la amplia perspectiva del fondo. Es otro claro ejemplo de imagen sensual en el que aparece este delicado complemento de la tradición popular.

Zuloaga.

 En esta ocasión, la sustitución de la diosa del amor por una insinuante mujer nos devuelve la imagen de la sensualidad vinculada a los elementos castizos, y vernaculares".
Ref:De la erótica de lo castizo

                                                                              VERSIÓN ART NOUVEAU.

Los Chulapos y las Chulapas se distiguían por cierta afectación y guapeza en el traje y en el modo de conducirse.

Ellos, con clavel en la solapa, pantalones oscuros y ajustado, gorra a cuadros, botines y pañuelo blanco al cuello.







Ellas, pañuelo a la cabeza con clavel rojo o blanco, blusa blanca y ajustada con falda de lunares o vestido típico de lunares hasta los pies y Mantón de Manila.


El traje de Chulapa hoy en día se considera la reivindicación máxima de la tradición castiza madrileña de finales del siglo XIX y principios del XX.

El vestido es largo de corte sirena, con las mangas largas y abullonada en el hombro, para luego caer ajustada a lo largo del antebrazo.
Las telas y sus estampados suelen variar, pudiendo ser de piqué o algodón, aunque hoy en día podemos ver vestido de Chulapa casi de cualquier forma y color.



(Conjunto con blusa de organza de seda larga plizada en el pecho en color natural)


Majas de Cadiz, Fortuny.
 
 
Y PARA TERMINAR ESTE POEMA QUE PINTA AQUELLA MADRID.
  

Cuando llegues a Madrid, chulona mia
voy a hacerte emperatriz de Lavapiés,
Y alfombrarte con claveles la Gran Via,
y a bañarte en vinillo de Jerez.

En Chicote, un agasajo postinero
con la crema de la intelectualidad
y la gracia de un piropo retrechero
más castizo que la calle de Alcalá.
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 









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